¡Cuántas anécdotas tenemos para contaros!
Cuando se aprende una lengua extranjera también se entra en contacto con su cultura y con las costumbres del país, tanto es así que conocerlas nos hace mucho más competentes en esa lengua.
Imagino que a todos nos habrá pasado que, aunque estemos hablando el mismo idioma con otra persona extranjera, no comprendamos algunas cosas en determinados contextos.
A mí me pasó una vez, cuando llevaba dos o tres años trabajando en la Academia Andaluza, lo siguiente: era el primer día de clase de un curso de Español para Extranjeros de un nivel A1 y me llevé un susto terrible. Tenía un grupo de unos ocho estudiantes, entre los que había adolescentes y adultos, y por su nivel sin conocimientos del español. Pues empezamos a trabajar, a perder el miedo, a relajarnos y a conectar… Vaya, todo parecía ir bien hasta que, cuando terminó la clase y nos despedimos, mientras recogía mis cosas, empecé a oír golpes. Levanté la cara y los vi a todos golpeando la mesa con los nudillos. Qué cara les pondría que uno de ellos rápidamente me explicó que dar golpes en la mesa era el aplauso típico de los estudiantes en la universidad en Alemania. ¡Puhhhh! ¡Qué alivio! Luego se rieron mucho al recordar mi cara de asombro.
Seguro que muchos tenéis anécdotas que contar ¿Os animáis? ¡¡Nos encantaría leeros!!
¿Nos sigues en redes?