Los "calamares en su tinta", es una receta típica de nuestra gastronomía. Se caracteriza por ser muy saludable y también por su inconfundible color negro producido por su tinta que, al mezclarse con los ingredientes, lo impregna todo, dándole un toque único a este plato.
La tinta negra de los calamares es muy aceptada en nuestra cultura, pero sorprende mucho a los estudiantes que nunca la han probado. Imagino que ver la tinta de calamar por primera vez en un plato tiene que ser terrorífico, a pesar de eso me gustaría lograr que, por lo menos, lo intentéis probar, seguro que no os vais a arrepentir.
La verdad es que no tiene buena pinta, por su misterioso color negro; sin embargo en esta receta lo que realmente sorprende es su sabor, que no se corresponde en absoluto con su aspecto.
En general no se sabe con exactitud cuándo se inició esta receta, algunos dicen que es de origen italiano, vasco o incluso gallego. Hay algunos autores que atribuyen el origen de añadir la tinta de calamar a esta receta a aquelarres de brujas y conjuros. En Italia, conocido como “seppie in nero”, está considerado como uno de los grandes platos estrella de la cocina veneciana. Aquí en España se puede comer en cualquier parte de nuestra geografía.
Existen diversas formas de preparar los calamares en su tinta, cada una tiene su toque particular, lo que hace de esta receta una excelente opción para disfrutar en cualquier ocasión. ¿Os atrevéis a preparar unos deliciosos calamares en su tinta? No os preocupéis, porque os vamos a contar su secreto.
Os aconsejo que compréis calamares grandes y frescos para aprovechar el saco de tinta que tienen en su interior. Lo mejor es pedirle al pescadero que nos limpie los calamares, aunque, si tenemos que limpiarlos, lo más importante es dejar intacta la bolsa de la tinta, reservarla para la preparación de la salsa y ponerla en un vaso con un poco de agua para que no se seque.
Ingredientes:
- Un kilo de calamares frescos
- Una cebolla
- Tres dientes de ajo
- Un pimiento verde
- Unas ramitas de perejil
- 150 mililitros de vino blanco
- Tres cucharadas grandes de aceite de oliva
- 70 mililitros de agua
- Tinta de calamar
- Sal al gusto
Elaboración:
- Limpiamos bien el calamar por fuera y por dentro, dándole la vuelta y retirando todo lo que haya en su interior. Colocamos la tinta en un vaso con agua, la aplastamos hasta romper la bolsa y se tiña el agua. Troceamos las aletas y los tentáculos, el resto lo cortamos en anillas. Ponemos todas las partes en agua fría para que se terminen de limpiar.
- Picamos el ajo, la cebolla y el pimiento.
- En una sartén con tres cucharadas de aceite de oliva, a fuego medio, echamos las verduras con un poco de sal.
- Cuando las verduras estén doradas, le añadimos el vino blanco y seguimos cocinando hasta que se evapore.
- Incorporamos los calamares y rehogamos durante cinco minutos.
- Ponemos la tinta de calamar y el agua. Cocinamos a fuego medio durante 25 minutos o hasta que los calamares estén tiernos.
La forma más tradicional de servir este plato es con arroz. Aunque también podemos acompañarlo con patatas cocidas o fritas, pasta cocida salteada con ajo y perejil o, incluso, con verduras cocidas al vapor.
Y ahora, ¡a disfrutarlo!
Espero que os guste.
Glosario:
- Calamar: Es un animal acuático, su cuerpo es alargado y cilíndrico. Tiene dos aletas, ocho brazos y cuatro tentáculos. Son similares a las sepias, pero sus cuerpos son diferentes. La sepia tiene un cuerpo ligeramente aplanado.
- Tinta de calamar: Es un pigmento de color negro que desprenden los calamares para defenderse o como método de comunicación entre ellos.
- Tiene buena pinta: Tiene buen aspecto.
- Aquelarres: Reuniones nocturnas de brujas o brujos.
- Conjuros: Conjunto de palabras mágicas usadas para invocar a un ser sobrenatural.
- Saco: Sinónimo de bolsa que se utiliza para contener algo.
- Tiña: Del verbo “teñir”. Dar a una cosa un color distinto del que tenía.
- Aletas: Cada uno de los miembros de forma aplanada que tienen los animales acuáticos en su cuerpo y les sirve para moverse en el agua.
- Tentáculos: Cada uno de los apéndices móviles y blandos que tienen los calamares y pulpos, que les sirven para coger alimentos.
- Rehogamos: Del verbo “rehogar”. Freír un alimento hasta que esté dorado y añadirle agua, caldo o salsa para cocinarlo.
- Tiernos: Blandos o flexibles, que se cortan o deforman fácilmente.