En esta edición de Ahora tú os vamos a regalar un cuento muy popular en nuestro país, se titula “La Lechera”.
Sin embargo, tenéis que ayudarnos a completar esta historia conjugando los verbos eligiendo entre: Futuro o Presente de Subjuntivo. ¡Nada es gratis!
¿Empezamos?
Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. “Como esta leche es muy buena”, se decía, “……. (dar, ella) mucha nata. …….. (batir, yo) muy bien la nata hasta que ………….. (convertirse, ella) en una mantequilla blanca y sabrosa, que me ………. (pagar, ellos) muy bien en el mercado. Con el dinero, me ………… (compra, yo) un canasto de huevos y, en cuatro días, ……. (tener, yo) la granja llena de pollitos, que se …………. (pasar, ellos) el verano piando en el corral. Cuando ………… (empezar, ellos) a crecer, los ……….. (vender, yo) a buen precio, y con el dinero que ……….. (sacar, yo), me …………….. (comprar, yo) un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo ………. (ver, ellos), todas las chicas del pueblo se ………… (morir, ellas) de envidia. Me lo ………… (poner, yo) el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero ……….. (querer, él) bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. ………… (esperar, yo) a que me lo pida varias veces y, al principio, le ………… (decir, yo) que no con la cabeza. Eso es, le ………. (decir, yo) que no: “¡así!”
La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.
¡Esperamos vuestras respuestas! ¡A trabajar!
Basado en: https://narrativabreve.com/2014/09/el-cuento-de-la-lechera.html
Fuente gráfica: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/3e/Joaqu%C3%ADn_Sorolla_-_La_lechera.jpg/396px-Joaqu%C3%ADn_Sorolla_-_La_lechera.jpg
2 comentarios
Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. “Como esta leche es muy buena”, se decía, “dará (dar, ella) mucha nata. Batiré (batir, yo) muy bien la nata hasta que se convierta (convertirse, ella) en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán (pagar, ellos) muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré (compra, yo) un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré (tener, yo) la granja llena de pollitos, que se pasarán (pasar, ellos) el verano piando en el corral. Cuando empiecen (empezar, ellos) a crecer, los vendré (vender, yo) a buen precio, y con el dinero que sacaré (sacar, yo), me compraré (comprar, yo) un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean (ver, ellos), todas las chicas del pueblo se morirán (morir, ellas) de envidia. Me lo pondré (poner, yo) el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá (querer, él) bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras esperaré (esperar, yo) a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré (decir, yo) que no con la cabeza. Eso es, le diré (decir, yo) que no: “¡así!”
La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.
Muy bien!!! Sólo has tenido un pequeño lapsus;)