La magia del cuento: “Érase una vez”

Hoy queremos revivir con vosotros una etapa mágica de la vida: la infancia.

 Para ello vamos a buscar en nuestra memoria esos cuentos que nuestros padres, abuelos o tíos nos contaban antes de irnos a la cama, ¿os acordáis? Seguro tenías un cuento favorito, ¿a que sí? Los había de cerditos, princesas bellas, madrastras malvadas, príncipes azules, enanitos, etc.

Ya te van viniendo frases e imágenes a la mente, ¿verdad?

cuento de la caperucita roja

Para ayudaros a recordar vuestro cuento, vamos a hacer lo siguiente; os vamos a contar uno de los más conocidos por todos y vosotros tendréis que hacer dos actividades:

  1. Darnos su título en español
  2. Completar los huecos con los verbos en los tiempos correctos. ¡Ojo! Tendréis que elegir tanto los tiempos como los verbos.

¿Preparados?

¡Empezamos!

"Érase una vez una niña que .......... una hermosa capa de color rojo. Como la niña la .......... muy a menudo, todos la.......... Caperucita Roja.

Un día, la mamá de Caperucita Roja la ………. y le ………. :

—La abuelita no se siente muy bien, ………. unas galletas y quiero que tú se las ……….

—Claro que sí — ………. Caperucita Roja, poniéndose su capa y llenando su cesta de galletas recién horneadas.

Antes de salir, su mamá le dijo:

— Escúchame muy bien, quédate en el camino y nunca ………. con extraños.

—Vale, mamá —respondió Caperucita Roja y ………. inmediatamente hacia la casa de la abuelita.

Para llegar a la casa de la abuelita, Caperucita debía atravesar un camino a lo largo del espeso bosque. En el camino, se ………. con el lobo.

—Hola niñita, ¿hacia dónde te diriges en este maravilloso día? —preguntó el lobo.

Caperucita Roja recordó que su mamá le ………. que no hablara con extraños, pero el lobo ………. muy amigable y educado.

—Voy a la casa de mi abuelita, señor lobo —respondió la niña—. Ella se encuentra enferma y voy a llevarle estas galletas para animarla un poco.

—¡Qué buena niña eres! —exclamó el lobo. —¿Por dónde tienes que ir?

—¡Oh! Debo llegar hasta el final del camino, ahí vive mi abuelita—dijo Caperucita con una sonrisa.

—Te deseo un muy feliz día, mi niña —respondió el lobo.

El lobo se adentró en el bosque. Él .......... hambre y en realidad no .......... de confiar. Así que .......... hasta la casa de la abuela antes de que Caperucita .......... alcanzarlo. Su plan era comerse a la abuela, a Caperucita Roja y todas las galletas recién horneadas. El lobo .......... a la puerta de la abuela. Al verlo, la abuelita .......... rápidamente dejando atrás su chal. El lobo tomó el chal de la viejecita y luego .......... sus gafas y su gorrito de noche. Rápidamente, se .......... en la cama de la abuelita, cubriéndose hasta la nariz con la manta. Pronto escuchó que llamaban a la puerta:

—Abuelita, soy yo, Caperucita Roja.

Con voz disimulada, tratando de sonar como la abuelita, el lobo dijo:

—Pasa mi niña, estoy en la camita.

Caperucita Roja pensó que su abuelita se encontraba muy enferma porque ………. muy pálida y su voz ………. fatal.

—¡Abuelita, abuelita, qué ojos tan grandes tienes!

—Son para verte mejor —respondió el lobo.

—¡Abuelita, abuelita, qué orejas tan grandes tienes!

—Son para oírte mejor —susurró el lobo.

—¡Abuelita, abuelita, qué dientes tan grandes tienes!

—¡Son para comerte mejor!

Con estas palabras, el malvado lobo tiró su manta y saltó de la cama. Asustada, Caperucita salió corriendo hacia la puerta. Justo en ese momento, un leñador se acercó a la puerta, la cual se ………. entreabierta. La abuelita estaba escondida detrás de él.

Al ver al leñador, el lobo ………. por la ventana y huyó a toda prisa.

La abuelita y Caperucita Roja le ………. las gracias al leñador y ………. galletas con leche. Ese día Caperucita Roja ………. una importante lección:

“Nunca ………. con extraños”.

Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.”

¡Ahora tú! te leemos en los comentarios con la actividad del cuento.

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2 comentarios

  1. Nunca hables con extraños

    Érase una vez una niña que ……llevaba…. una hermosa capa de color rojo. Como la niña la ……llevaba…….. muy a menudo, todos la ……llamaban……… Caperucita Roja.

    Un día, la mamá de Caperucita Roja la …llamó………. y le ……dijo…….:

    —La abuelita no se siente muy bien, …he hecho………… unas galletas y quiero que tú se las ……lleves……..

    —Claro que sí —………contestó…… Caperucita Roja, poniéndose su capa y llenando su cesta de galletas recién horneadas.

    Antes de salir, su mamá le dijo:

    — Escúchame muy bien, quédate en el camino y nunca ……hables…….con extraños.

    —Vale, mamá —respondió Caperucita Roja y ……fue………inmediatamente hacia la casa de la abuelita.

    Para llegar a la casa de la abuelita, Caperucita debía atravesar un camino a lo largo del espeso bosque. En el camino, se ……encontró ……….con el lobo.

    —Hola niñita, ¿hacia dónde te diriges en este maravilloso día? —preguntó el lobo.

    Caperucita Roja recordó que su mamá le……había dicho…………. que no hablara con extraños, pero el lobo ……era……… muy amigable y educado.

    —Voy a la casa de mi abuelita, señor lobo —respondió la niña—. Ella se encuentra enferma y voy a llevarle estas galletas para animarla un poco.

    —¡Qué buena niña eres! —exclamó el lobo. —¿Por dónde tienes que ir?

    —¡Oh! Debo llegar hasta el final del camino, ahí vive mi abuelita—dijo Caperucita con una sonrisa.

    —Te deseo un muy feliz día, mi niña —respondió el lobo.

    El lobo se adentró en el bosque. Él ……tenía….. hambre y en realidad no ……era……… de confiar. Así que …fue…… hasta la casa de la abuela antes de que Caperucita …pudiera…………. alcanzarlo. Su plan era comerse a la abuela, a Caperucita Roja y todas las galletas recién horneadas.
    El lobo …llamó.. a la puerta de la abuela. Al verlo, la abuelita …huyó ……… rápidamente dejando atrás su chal. El lobo tomó el chal de la viejecita y luego …se puso …….. sus gafas y su gorrito de noche. Rápidamente, se ……fue……. en la cama de la abuelita, cubriéndose hasta la nariz con la manta. Pronto escuchó que llamaban a la puerta:

    —Abuelita, soy yo, Caperucita Roja.

    Con voz disimulada, tratando de sonar como la abuelita, el lobo dijo:

    —Pasa mi niña, estoy en la camita.

    Caperucita Roja pensó que su abuelita se encontraba muy enferma porque ……estaba…… muy pálida y su voz ……sonaba…….. fatal.

    —¡Abuelita, abuelita, qué ojos tan grandes tienes!

    —Son para verte mejor —respondió el lobo.

    —¡Abuelita, abuelita, qué orejas tan grandes tienes!

    —Son para oírte mejor —susurró el lobo.

    —¡Abuelita, abuelita, qué dientes tan grandes tienes!

    —¡Son para comerte mejor!

    Con estas palabras, el malvado lobo tiró su manta y saltó de la cama. Asustada, Caperucita salió corriendo hacia la puerta. Justo en ese momento, un leñador se acercó a la puerta, la cual se …estaba……… entreabierta. La abuelita estaba escondida detrás de él.

    Al ver al leñador, el lobo …saltó ……… por la ventana y huyó a toda prisa.

    La abuelita y Caperucita Roja le …dieron ……….. las gracias al leñador y …comieron……las…. galletas con leche. Ese día Caperucita Roja ……aprendió ………. una importante lección:

    “Nunca …hables……….. con extraños”.

    Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.”

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