Salmorejo cordobés

Con la llegada del calor, nos apetecen platos fresquitos y ligeros para cuidarnos. El salmorejo y el gazpacho son dos recetas que no nos pueden faltar. Pero, ¿sabes cuál es la diferencia entre estos dos platos? Es una pregunta que nos hacen muchos estudiantes. Nosotros vamos a explicarlo ahora mismo. Aunque hay gente que los considera variedades de la misma receta, se trata de dos recetas diferentes. Todos sabemos que la base de ambos es el tomate, sin embargo, el salmorejo es más cremoso, más espeso y el gazpacho es una sopa fría, más líquida, se le añade agua y otros ingredientes como el pepino y el pimiento. Algunos prefieren el gazpacho y otros defienden el salmorejo. Este es uno de los conflictos que separan a la gastronomía española en dos. Todas las opiniones son válidas, dependiendo del gusto personal de cada uno. El gazpacho es más refrescante, contiene menos calorías y tiene un sabor más fuerte; sin embargo, el salmorejo es más fácil de preparar, ya que tiene menos ingredientes. La receta de salmorejo lleva siglos preparándose, sobre todo aquí en el sur, aunque ha ido evolucionando con el tiempo. En su origen, el salmorejo no llevaba tomate, los romanos lo llamaban “sal-moretum” y se trataba de un salmorejo blanco. Tradicionalmente, se utilizaba un mortero en el que majaban ajos, sal, pan y aceite con vinagre. En la época islámica, este majado también lo preparaban y lo llamaban “mazamorra”. A medida que pasó el tiempo, fue cambiando e incorporando nuevos ingredientes. Con el descubrimiento de América, se introdujo el tomate, que le dio al salmorejo su color rojizo. En realidad, no hay una sola receta de salmorejo. Existen diferentes formas para prepararla, nosotros vamos a explicar la más tradicional.

Ingredientes:

• Un kilo de tomates rojos
• 200 gramos de miga de pan
• 100 gramos de aceite de oliva virgen extra
• 1 diente de ajo (5 gramos)
• 10 gramos de sal

Para la decoración:

• Un huevo cocido
• Un poco de jamón serrano picado

Preparación:

1. En un recipiente ponemos los tomates cortados en trozos, incorporamos el pan y lo mezclamos bien con el tomate.
2. Añadimos el aceite de oliva y lo dejamos macerar 10 minutos aproximadamente.
3. Echamos el ajo cortado en trozos pequeños y sal al gusto.
4. Trituramos todo con la batidora hasta que quede una crema homogénea.
5. Lo ponemos en la nevera y lo dejamos reposar unos 20 minutos.
6. Servimos el salmorejo en un bol y lo decoramos con el jamón ibérico, el huevo cocido picado y unas gotas de aceite de oliva virgen.