Si de algo puede presumir Conil es de playas, puesto que cuenta con catorce kilómetros de costa, desde el río Conilete hasta la torre del Puerco.
Esta línea costera está dividida entre acantilados, calas y playas largas de arena fina que se extienden a los pies de nuestro pueblo. ¡Qué maravillosa geografía tenemos!
Es un gran privilegio para los conileños y los turistas que nos visitan poder llegar a la playa andando, olvidarse del coche y acceder a ella desde cualquier punto de la localidad. Es una gran suerte bajar una calle y encontrarse de lleno con el mar.

Esta es la situación de la playa de los Bateles, la playa enfrente del pueblo.
No hay ningún límite físico que la separe de la playa de la Fontanilla y de la del Roqueo, sólo hay una separación imaginaria posiblemente creada para organizar en espacios tantos kilómetros de playa.
De esta manera la playa de los Bateles tiene la característica especial de tratarse del lugar más frecuentado por los jóvenes turistas que prefieren concentrarse en esta playa, dada su proximidad al pueblo, y por tanto creándose un ambiente muy juvenil y de diversión.
Al igual que el resto de las playas conileñas, sus aguas son transparentes, su arena dorada y cuenta con servicio de vigilancia, chiringuito y acceso a través de pasarelas.
Algo muy especial de esta es que se encuentra al lado del río Salado, lugar donde se realizan deportes acuáticos como Kitesurf y Windsurf.